El Reino Unido ha creado un impuesto para los vuelos que salgan desde su territorio.
Uno de los mayores inconvenientes que plantea un impuesto al transporte aéreo, es que la gente cruzaría la frontera para volar desde otro país sin el impuesto. Gran Bretaña, al ser una isla, no tiene ese problema. O tomas el avión o te quedas en casa (a no ser que tomes el caro tren bajo el canal de la Mancha). Así en 2007 se aprobó un impuesto, que grava los vuelos dependiendo de la distancia recorrida.
La industria aérea, a quien esta tasa perjudica, se echó encima del gobierno, cuando éste la confirmó este año. Leo con cierto estupor, en esta entrevista, que el secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT o UNWTO en inglés), Taleb Rifai, se expresa así de claramente:
[en español aquí]
Are you worried some nations will use this as an excuse to impose a green tax?
I am worried and I must bring in a specific example of the UK and the environmental departure tax that will become effective there at the end of the year.
It’s a horrible tax. First of all it is not going to any particular fund to tackle environmental issues, it’s going directly into the government budget. It’s an example of how things like this are used sometimes to deal with other problems and this must never be tolerated and we should be very vigilant.
El señor Talib Rifai, debería hacer honor a su nombre -Talib signica estudiante en árabe- y recordar que la aviación es una de las pocas industrias que están exentas de impuestos y además de las que más contribuye al Calentamiento Global. No es que no paguen por el combustible un impuesto como los coches, es que por no pagar, ¡no pagan ni el IVA!
Debería recordar el Sr. Rifai el gran impacto que el transporte aéreo causa sobre el Cambio Climático en lugar confundir la OMT con la patronal de la industria turística. Un incremento de los precios a la aviación, haría que mucha gente y empresas prescindiaran de vuelos, cuando éstos pueden ser sustituidos por vacaciones más cercanas o videoconferencias.
La madre del cordero, es si la aviación entrará en el Acuerdo del Clima de Copenhague, que está al caer. Y si lo hace, en qué términos.