Por Gail Bradbrook
¿Qué hacemos ante la crisis climática? ¿Cómo te afecta esta amenaza existencial? ¿Cómo afecta la forma en que deseas vivir tu vida?
Creo que nuestros tiempos de muerte son una oportunidad para vivir realmente bien si prestamos atención a lo preciosa que es la vida. Llegamos a la paz cuando entendemos que la vida es mucho más grande que cualquiera de nosotros como individuos.
Podemos entender nuestro papel en el servicio de la vida al trazar una línea de antepasados dignos, aquellos que vinieron antes que nosotros y aquellos que vendrán después de nosotros. En algunas culturas indígenas hablan de proteger a las próximas siete generaciones. En la era de la crisis ecológica, cuando el futuro de nuestros hijos está preparándose para catástrofes inimaginables, nuestro trabajo consiste en sentir realmente el dolor y luego preguntarnos cómo pretendemos actuar.
Necesitamos un nuevo enfoque ante esta catástrofe. Necesitamos que los gobiernos del mundo introduzcan una movilización tal grande como cuando uno se moviliza para la guerra. El tipo de cosas que implicaría es reducir las emisiones de carbono y reducir la demanda; una inversión masiva en la búsqueda de formas seguras de eliminar el carbono de la atmósfera; mejora del transporte; agricultura regenerativa y restauración de ecosistemas. Todo es tecnológicamente y económicamente posible en un corto espacio de tiempo. Las soluciones están ahí. La cuestión clave absoluta es cómo crear suficiente presión política. Depende de nosotros crear esa voluntad política y existen técnicas probadas para hacerlo. Estamos hablando de desobediencia civil que se convierte en una rebelión, un levantamiento.
El cambio climático es una cuestión de moralidad. Lo que sucede es el mal y debe ser detenido. Cuando un gobierno está haciendo algo horriblemente inmoral, tiene que ser desafiado. Eso es independientemente de la política de partido. Los teóricos políticos de todo el espectro político están de acuerdo en que la rebelión se justifica una vez que el sistema falla.
La buena noticia es que no necesitamos tanta gente. The Freedom Riders del movimiento de Derechos Civiles de los Estados Unidos en la década de 1960 comenzaron con un pequeño grupo de personas y culminaron con alrededor de 300 encarcelados a fines de ese verano. Sus acciones condujeron a un cambio fundamental en la política. Si se necesitan alrededor de 300 personas en Estados Unidos, ¿cuántas para nuestro país?
Creemos que necesitamos alrededor de 2 millones de personas en apoyo activo. Podrían ser 5,000 personas dispuestas a participar en desobediencia civil o 500 personas en la cárcel. Lo que sí sabemos es que cuanto más importante es la acción, menos personas se necesitan para realizar el cambio deseado. Y comenzar es el siguiente paso más importante.
Gail Bradbrook es miembro de Extinction Rebellion, un grupo activista británico que pide una economía con cero emisiones de carbono para 2025.